¿Por qué les cuesta tanto a los jugadores españoles adaptarse al fútbol italiano?

Category: Sin categoría Written by Administrador / 22 julio, 2015

Echando la vista atrás y salvando ciertas excepciones actuales como Morata, Borja Valero o Joaquín, la Serie A nunca ha sido una tierra fértil para el éxodo de futbolistas españoles. Luis Suárez, el coruñés del Inter de Milán y único Balón de Oro español hasta el momento, ni mucho menos instauró una dinastía y muchos han sido los nombres (y los millones) que han pasado sin pena ni gloria por la Serie A: Iván de la Peña, Mendieta, Martín Vázquez, Javi Moreno, José Mari…

Descartado el cambio cultural, los principales motivos de estos problemas de adaptación deben de ser mayormente futbolísticos. Los goles por partido, el número de duelos que no acaban en empate y el porcentaje de estos con más de 2’5 goles son mayores en La Liga, lo que ilustra el tópico del campeonato italiano como un fútbol más conservador que el de otros países. Pero solo con tal de ver unos cuantos encuentros de la Serie A, dejando las estadísticas a un lado, uno rápidamente puede descifrar sus señas de identidad: defensas cerradas, tres líneas muy juntas y defensas muy contundentes y no tan móviles para cubrir los pocos espacios existentes. Visto así, se puede explicar un poco mejor que los jugadores españoles que emigren a Italia, que en gran parte suelen ser talentosos jugadores de tres cuartos de campo hacia arriba, sufran al explotar en una competición mucho más exigente para jugadores de su estilo.

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Al fin y al cabo, La Liga es conocida internacionalmente por la facilidad y predisposición que la mayora de los equipos muestran para hacer un buen fútbol, dando mucha más libertad a los jugadores creativos, que cuentan además con muchos más espacios en campo rival. Solo hay que ver el fútbol realizado por equipos como el Rayo Vallecano, el Villarreal o el Celta, más o menos modestos en sus capacidades económicas pero siempre atrevidos sea quien sea a quien tengan enfrente. Y cabe resaltar que a ninguno de estos tres equipos les ha ido mal en absoluto este año.

Por su parte, pese a la proximidad geográfica y cultural, Italia es un mundo aparte, alejado del fútbol-posesión tan alabado últimamente en la Península Ibérica. Un país donde el talento, en mayor o menor grado, suele estar bajo sospecha (Baggio, Del Piero, Mancini, Totti…) y se suele aplaudir el trabajo por encima de todo. Véase Gennaro Gattusso.

De hecho, no es esta una situación que solo afecte a los jugadores españoles que llegan a Italia. Defensas de gran reputación en Italia como Cannavaro, Thuram, Zambrotta o Walter Samuel sufrieron lo indecible al llegar a España y tratar de adaptarse a una parcela con muchos más espacios que abarcar para cada defensa.

Sin embargo, en el fútbol globalizado de hoy en día, las diferencias son cada vez menores y el cada vez más fluido intercambio de jugadores, entrenadores, directivos y, en definitiva, ideas entre una liga y otra, hace que ninguna Liga guarde su esencia hasta el punto que lo hacía años atrás. Ni el Arsenal juega como un equipo inglés al uso, ni el Sevilla como uno español, ni Roma y Fiorentina como lo haría uno italiano en los 90. De ahí que cada vez sean más las excepciones que, como Morata, las fronteras futbolísticas no sean más que, literalmente, rayas en un mapa.

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