Preparación Física. Climas de Intensidad. Por Javier Póveda

Category: Sin categoría Written by Javier Lavandeira / 16 marzo, 2016

Hoy nos metemos en el apartado de la preparación física, de la mano de Javier Póveda, preparador físico del Lucena C.F. (grupo IV de la 2ª B ).

Hemos seleccionado el artículo de Javier porque ceemos fielmente en lo que él dice, es decir, la preparación física no puede existir al margen del deporte en el que confluye, pero no os adelanto más, reflexionad sobre lo que cuenta Javier , no os va a dejar indiferentes y se presta a comentarlo.

Javier es Maestro especialista en Educación Física, Ldo. CC Actividad Física y el Deporte y
Máster Psicología de la Actividad Física y el Deporte (Comité Olímpico Español / UAM).
Desde 2009, Componente Proyecto Multidisciplinar Universidad de Córdoba –
Córdoba CF (categorías base) en Área de Preparación Física, Área de Psicopedagogía y Área de Formación.

A contiuación su artículo «Preparación Física. Climas de Intensidad.»

Las habilidades que se presupone que debe desarrollar un jugador de fútbol son técnicas, tácticas, físicas y psicológicas, parece que hay una gran aceptación sobre que son las más relevantes y sobre las que debemos enfocar su trabajo para el desarrollo y optimización del rendimiento del futbolista.

Gracias a las reflexiones de numerosos estudiosos de este apasionante y complejo deporte se está comenzando a entender que esas cuatro habilidades, factores, elementos o como quieran llamarles, no pueden separarse la una de la otra, puesto que la suma de ellas no es igual a rendimiento, sino la relación entre ellas es lo que nos hace que podamos evaluar lo que sea de nuestro interés y esa relación inseparable es la manifestación de rendimiento.
Por lo tanto se le ve poco sentido decir que un equipo ha ganado porque físicamente ha sido superior, porque técnicamente tiene más calidad, y tantas frases hechas que acucian a nuestro deporte y por mucho que quieras verlo, no le encuentras sentido alguno.

Pero, si sabemos que todos estos factores a la hora de valorar el rendimiento del futbolista son inseparables, ¿planteamos las sesiones de entrenamiento integrando todos estos elementos?, ¿o es que aún no nos atrevemos a quitar ese día de preparación física a la semana?, ¿será porque a la hora de cuantificar las cargas de entrenamiento es más fácil si separamos un factor de otro?
Se me ocurren tantos interrogantes a causa de la concepción tan reduccionista en la que seguimos inmersos…

Mi labor (no sé cómo llamarla, puesto que no me gusta el término preparador físico, prefiero decir que soy componente del cuerpo técnico y que trabajo con los jugadores de campo), tiene varias funciones dentro del grupo de trabajo al que pertenezco, yo soy el encargado de preparar a los jugadores para que soporten el estrés que conlleva la competición, como el resto de compañeros del cuerpo técnico (prevenir lesiones, mantener motivación, mejorar autoconfianza, optimizar la atención y concentración, mejorar toma de decisiones, etc.), y no, mi objetivo primordial de trabajo no es mejorar la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad, ni de coger unas fotocélulas ni una plataforma de
contacto y decirle al entrenador “este es el jugador más rápido, ponlo de extremo” o “este que salta mucho es al que debemos de centrarle el córner”.

Y a la pregunta de sobre cómo se previene lesiones, mantiene motivación, mejoro autoconfianza, etc… mi respuesta es fácil, “entrenamos bien, jugando al fútbol”. Sólo dejo de jugar al fútbol cuando un jugador necesita acudir al gimnasio o realizar ejercicios analíticos o bien por necesidad intrínseca suya o porque se encuentre en tratamiento preventivo o de recuperación tras una lesión.

Que quede claro que jugar al fútbol es hacer rondos móviles, trabajo de ataque, trabajo de defensa, transiciones, ataque-defensa, partidos reducidos, etc. y sí, esto contribuye al desarrollo de las habilidades físicas y no olvidemos que también en las habilidades técnicas, tácticas y psicológicas, ¿no creen?

Al final va a ser verdad aquello que comentaba el profesor Seirul-o de “la preparación física no existe”, ahora parece que lleva razón, gracias a los sistemas de entrenamiento modernos como el sistémico-táctico (V. Frade), pero él lleva muchos años con estos planteamientos y fíjense lo que se ha tardado en comprenderlo.

La idea es que el jugador llegue en las mejores condiciones posibles para competir el día de partido, olvidemos A-T-R, bloques y demás sistemas de entrenamiento que son muy válidos, pero creo que no lo son para el fútbol y menos aún con la exigencia que se vive día a día, ya que se compite como muy tarde cada 8 días y en cada partido te juegas “más que la vida”.

Mi corta experiencia y numerosas reflexiones, me dicen de crear CLIMAS DE INTENSIDAD:
– Si nos encontramos en sesiones posteriores a la competición (24-48h), sería ideal llevar a cabo una sesión con un clima de intensidad baja,

– Si nos encontramos a 96-48h de la competición crearemos climas de intensidad alt.
– Y si por último estamos a 24h de la competición propondremos una sesión inmersa en un clima de intensidad media.

El Clima es algo más que la sesión, es donde tanto jugadores como cuerpo técnico sale a entrenar, pisa el campo y se respira un ambiente de trabajo de gran intensidad, todos estamos muy enchufados y sabemos que todas las acciones que vamos a llevar a cabo hay que dar el 100% (en el caso de que la intensidad solicitada para esa sesión sea alta).

Ni que decir, que en todas las sesiones el balón está presente. No podemos confundir el hecho de que el jugador interprete que un clima de intensidad bajo sea igual a no apretar a no exigirme, ni mucho menos, ahí está el trabajo del cuerpo técnico, al jugador siempre se le exige que dé el máximo, pero el planteamiento de tareas es el que hace que el clima sea de alta o baja intensidad, no el esfuerzo del jugador, que siempre tiene que ser el máximo, por ejemplo, no es lo mismo un rondo 12×3 estático que un rondo móvil 6×3 dinámico, en ambos casos exigimos al futbolista que dé el máximo pero es obvio que en el segundo caso (sesión de miércoles) hay más intensidad que en el primero (sesión de lunes).

El encargado de ajustar las intensidades de los entrenamientos con la fundamental colaboración del resto de componentes del cuerpo técnico, no puede dejar a un lado la importancia de la dificultad de la tarea, puesto que esta va a influir muy directamente con el desarrollo de las habilidades psicológicas (atención, concentración, motivación, etc.).

En mi caso me gusta que conforme avancen los días de la semana y más cerca se encuentre el día de partido, la dificultad de la tarea vaya en aumento hasta las últimas 24h antes de la competición, es sólo una idea personal y muy criticable, pero creo en ello.

Por ejemplo el partido reducido 2vs2 (15x15m) y el partido reducido 6vs6 (25x25m) son ejercicios que pertenecen a clima de intensidad alta, por lo tanto se llevan a cabo entre las 96-48h precompetición, en el caso de primero prefiero llevarlo a cabo el miércoles y el segundo el viernes (si el partido es domingo) ya que la exigencia y solicitación cognitiva que requiere el segundo es mayor puesto que las posibilidades de interacción entre compañero y oponente son más elevadas.

Con este planteamiento, CLIMAS DE INTENSIDAD, se respeta los principios de entrenamiento que la teoría nos ofrece, no cabe duda, se respeta la individualización, especialización, recuperación, etc.

Aunque me gustaría detenerme brevemente en dos principios que considero fundamentales uno de ellos el principio de Efecto Múltiple, donde es difícil separar no sólo las habilidades de las que hablábamos al principio sino también en las capacidades físicas básicas, en el que el desarrollo de la resistencia influye en el de la fuerza, velocidad y viceversa.
Y el otro principio es el de Participación Activa y Consciente, donde resulta importante que el futbolista sepa lo que está trabajando en cada momento, seguramente
favoreceremos a que focalice la atención en lo que más nos interese trabajar en cada momento.

En esta nueva tendencia de “entrenamiento físico” podemos encontrar respuestas a preguntas reduccionistas como ¿has visto algún equipo que ganando 4-0 esté cansado en los últimos minutos? ¿por qué el equipo que pierde de uno aguanta mejor físicamente que el que va ganando que se ha metido atrás porque ya no pueden? ¡Con uno menos y ganando 1-0 estaban más frescos que el rival! Todo este tipo de cuestiones que buscan en lo físico una respuesta solo hacen retroceder en la comprensión del fútbol como sistema complejo donde todo lo que pertenece a este mundo influye sobre todo y donde lo más acertado es estar siempre a alerta porque en un mundo caótico, donde reina la incertidumbre, siempre saldrá vencedor aquel que más capacidad de adaptación y de dar respuestas acertadas muestre.

            “EN EL CAMBIO ESTÁ LA EVOLUCIÓN”

Saludos,
Javier Póveda

Gracias por compartir!

Sobre el autor


Responder a Anónimo Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 × dos =